Hoy en día, la coincidencia entre las herramientas y los productos de software utilizados tanto por cineastas como por arquitectos refuerza más que nunca el vínculo histórico entre ambas disciplinas. En uno de sus talleres de diseño, los estudiantes del Master de Arquitectura de la Escuela de Diseño de Melbourne se encuentran investigando e indagando acerca de técnicas y métodos de producción cinematográfica para emplearlos en videos y animaciones arquitectónicas.
Liderado por Hamid Khalili, el taller, llamado “Studio 35mm”, incursiona en diferentes géneros cinematográficos, en animación y en Realidad Virtual, buscando representar a través de ellos cualidades arquitectónicas que resultan imposibles de expresar a través de técnicas tradicionales de visualización. En el taller, mediante la investigación de teoría cinematográfica y arquitectónica, sumada a la realización de ejercicios semanales de filmación y edición y, con mayor importancia, a la adecuación y aplicación de las técnicas de filmación a los contextos arquitectónicos, los estudiantes de Studio 35mm se empeñan en comprender, diseccionar y comunicar temas de espacialidad asociados a determinados elementos arquitectónicos (denominados "especies de espacios").
Como producto final del taller, cada alumno realiza un cortometraje arquitectónico sobre un determinado concepto arraigado al presente, pasado o futuro de estos ‘especies de espacios’. Estos trabajos abarcan diferentes géneros y estilos de cine, incluyendo documentales de arquitectura, animaciones tridimensionales realísticas, películas híbridas, de imagen real, recortes, y films o video-ensayos.
A continuación, sigue leyendo esta breve entrevista para conocer las palabras de Hamid Khalili, el líder del estudio.
ArchDaily: ¿Cuándo y por qué ha decidido desarrollar un estudio centrado en la relación entre la disciplina arquitectónica y el cine?
Hamid Khalili: La principal motivación para plantear Studio 35mm se basa en lo que actualmente está sucediendo en la academia y la industria arquitectónica. Cuando observamos de cerca la gran constelación de herramientas de visualización y representación, hay indicios significativos que sugieren que ciertos cambios están a punto de suceder en las formas en que los soportes arquitectónicos, las técnicas, las tecnologías y los procesos de creación de imágenes arquitectónicas están operando: En primer lugar, actualmente los arquitectos ya están utilizando el formato cinematográfico y la animación para realizar recorridos peatonales, aéreos y de otros formatos; también es una realidad que hoy en día todos llevamos nuestras omnipresentes pequeñas cámaras de cine (smartphones) en nuestros bolsillos; y por último, el indicio más importante actualmente, es que los paquetes de software y las herramientas utilizadas por los arquitectos para la creación y renderizado de modelos son los mismos o muy similares a los utilizados en la industria del cine, la animación y el diseño de juegos.
A pesar de todas las señales que permiten intuir que el cine se está acercando más que nunca a la disciplina arquitectónica, la realidad es que no existe una formación adecuada sobre la filmación o la animación en las escuelas de arquitectura. Esta falta de educación es la razón fundamental por la que muchas animaciones arquitectónicas con imágenes de gran calidad de renderizado e hiperrealistas, parecen incompletas y poco refinadas.
Esto revela que los arquitectos no tienen entrenamiento ni práctica en lo que respecta a implementar eficazmente las herramientas propias del cine y la animación. Si nosotros, como arquitectos, pretendemos utilizar el poderoso medio cinematográfico, tenemos que aprender a utilizarlo adecuadamente. Para emplearlo con éxito, al menos hasta el nivel requerido para las películas arquitectónicas, es necesario familiarizarse con el cine, sus complejidades y sus potencialidades.
Si bien en las escuelas de arquitectura de élite han existido talleres de diseño enfocados en el cine, su énfasis se ha centrado principalmente en la simbiosis teórica e histórica entre esta disciplina y la arquitectura o bien en el diseño de espacios a ser presentados a través del cine, más que en los procesos y técnicas reales de creación de una película arquitectónica o el formato cinematográfico en sí; los resultados de este tipo de estudios suelen ser demasiado especulativos, pomposos e inaccesibles para la audiencia pública. Por lo tanto, hemos tenido muy en claro desde el principio que no queríamos dirigir un taller similar a estos estudios. Al presentar la propuesta de Studio 35mm, el catedrático de Diseño Arquitectónico de la Escuela de Diseño de Melbourne, el Profesor Donald Bates, nos apoyó y se mostró muy positivo al respecto.
AD: Además de añadir tiempo y movimiento a las representaciones arquitectónicas, el cine (videos, animaciones, etc.) puede promover un sentido más profundo de la emoción, las atmósferas y los ambientes en la arquitectura. ¿Puede usted hablar de ello?
HK: La emoción está ligada al movimiento. No es de extrañar que estos términos tengan la misma raíz latina. La percepción de los espacios y edificios arquitectónicos es una experiencia kinestésica. No podemos percibir la espacialidad de los lugares y las cosas sin movernos a través, alrededor, detrás, antes, por encima y por debajo de ellos, y una cámara en movimiento es un aparato que capta las emociones de los espacios a través del movimiento. Lidiar con las emociones y los sentimientos es algo intrínseco al cine: Robert Bresson dijo una vez que un encuentro con una buena película "suscita sentimientos antes que intelecto". El cine por naturaleza es capaz de engendrar un sentido profundo de atmósferas, ambientes, medio ambientes y estados de ánimo. Todos estos conceptos son muy arquitectónicos, y desde esta perspectiva, el papel de un cineasta es muy similar al de los arquitectos: ambos están involucrados en el ejercicio de crear atmósferas y ambientes.
El cine hace posible la comunicación de los aspectos fenomenológicos y atmosféricos de la arquitectura. Este es el poder inigualable que poseen las películas y que no es comparable con ningún otro medio o técnica de comunicación arquitectónica; ningún medio arquitectónico puede comunicar atmósferas tan convincentemente como el cine. Por supuesto, elementos fílmicos tales como la temporalidad, el movimiento, el sonido, el montaje, la iluminación, el tono, la textura, la materialidad y, sobre todo, la narrativa, refuerzan este potencial propio del cine.
AD: En su opinión, ¿cuáles son las principales contribuciones que el cine puede aportar al diseño arquitectónico?
HK: Trabajar con películas les permite a los estudiantes de arquitectura romper con la comprensión conservadora y convencional de que la arquitectura es rígidamente estática. El cine ayuda a los arquitectos a imaginar espacios en movimiento, en forma de secuencias de acciones y eventos y como disposiciones narrativas.
En el proceso de diseño arquitectónico, el cine también puede funcionar como una herramienta para pensar y especular. Las ideas y conceptos arquitectónicos altamente complejos pueden ser probados y expresados de manera tangible y legible por medio de diagramas animados y dibujos de ensayo.
Históricamente, el cine ha sido también un medio para hacer comentarios políticos y sociales. Esta característica hace que la película sea un dispositivo práctico a utilizarse de manera crítica en diferentes etapas de investigación y diseño tanto a escala arquitectónica como urbana.
AD: ¿Qué otras formas de arte no utilizadas comúnmente en nuestro campo actualmente podrían contribuir al proceso de diseño arquitectónico?
HK: Estar absorto en el arte alimenta y estimula la creatividad y el pensamiento imaginativo. La pintura y la escultura son los antiguos compañeros de la arquitectura. Otras artes como la literatura, la música y la poesía, sin embargo, no están alejadas del diseño arquitectónico, ya que todas ellas implican diferentes grados de narración, creación (poiesis), estructuración, generación de ideas, formación y composición, producción de imágenes virtuales y reales, elaboración, conceptualización, equilibrio entre forma y contenido, ritmo y encuadre.
En general, participar en cualquier actividad no arquitectónica, ya sea artística o científica, no será perjudicial. Más bien, puede ser una fuerza de apoyo que incentive las habilidades de diseño y pensamiento de los arquitectos.
Entrevista realizada por Romullo Barrato. Introducción por Lilly Cao.